Se dice que las bandas criminales buscan consolidar el control de un territorio para alcanzar la impunidad. Moverse como dueños de un lugar permite a esos grupos armados transformarse en fantasmas dentro de barrios, ocultar sus actividades al ojo estatal y sacar provecho del temor que provocan entre los vecinos. Eso había logrado hasta hoy un joven identificado como Ivan Daniel Orellana, conocido en la villa 15 con el alias de Ivanchu. Con 22 años encabezaba una violenta gavilla que intimidaba la zona de Villa Lugano llamada Ciudad Oculta. No faltaban antecedentes para que los habitantes tuviesen miedo ante su nombre: era buscado por dos homicidios y un intenso de asesinato.